Inés Madrigal, la mujer que llevó al doctor Eduardo Vela ante los tribunales por el caso de los niños robados, ha podido encontrar finalmente a su familia biológica, después de 32 años.

Su hermano Fran ha relatado cómo se produjo el esperado encuentro con su hermana perdida, un emocionante momento que para él fue "como ver a parte de la familia".

Y es que, aunque Inés no lo sabía, sus hermanos biológicos también querían encontrarla a ella. "Supimos de mayores que teníamos un hermano o una hermana que no conocimos y nos pusimos a buscarla", explica Fran.

"Salió por aquella época el tema de los bebés robados e Inés Madrigal aparecía como la cara visible", relata. En Internet pudieron consultar los datos de su historia: las fechas y lugares cuadraban.

"Empezamos a ver sus fotos, a sacarle parecido con la familia", cuenta uno de sus cuatro hermanos. Se pusieron en contacto con la asociación madrileña de bebés robados, que les dio la posibilidad de introducir su ADN en una base genética para compararlos con los de otras personas que buscan a su familia biológica.

El resultado, sin embargo, fue negativo. "Me llegó la confirmación de que no había ninguna persona que nos buscase", explica Fran, "pensamos, hemos hecho todo lo que está en nuestra mano, si nos busca, bien".

A pesar de ello, dos meses más tarde recibió una inesperada llamada. "Era Inés", cuenta Fran, todavía emocionado. "Decidimos hacer el test con un laboratorio americano y salió que sí, que éramos medio hermanos".

Cuenta que en ese primer encuentro telefónico "ella se puso a llorar, se emocionó muchísimo". "Me puse cardiaco", confiesa.

Aprovechando un viaje de Madrigal a Madrid, quedaron en la estación de Atocha. Mientras la esperaban, los nervios estaban a flor de piel y los interrogantes eran muchos. "Fue muy emocionante porque sabes que tú la vas a reconocer porque has visto sus fotos, pero no sabes cómo será", cuenta, "¿le vas a dar un abrazo? ¿le vas a dar un beso o un apretón de manos?".

Los nervios se disiparon cuando finalmente vio a su hermana perdida. "Cuando vi a Inés no fue como ver a una persona extraña", cuenta, "era como ver a parte de la familia".