Con solo 32 años, Álvaro Rodríguez ha trabajado en cinco minas diferentes. Pero en noviembre ha cerrado la última mina de la zona donde trabajaba. Él es el último minero de una familia con tradición y asegura que siente "mucha pena por todo lo que nos ha dado la mina no solo a mi, sino al pueblo en general", explica Álvaro.
En el Bierzo, estos hierros oxidados son la imagen de una comarca pujante, pero en el pasado. El carbón ya no se extrae y los jóvenes del pueblo, como Ivanino Moreira, tienen que buscar su futuro fuera."Uno en Ponferrada, otro en Boiro, en Madrid, Barcelona...", relata Ivanino, vecino de Torre.
Mario Zapico fue el primer alcalde de la democracia de Torre. Todavía recuerda el pueblo lleno de vida: "Éramos 4.850 y hoy no llegamos a los 2.000".
Y menos vecinos significan menos servicios. Por ejemplo, médicos. Concepción Arias, médico de familia en Torre explica que "antes era el doble". "Ibas a los pueblos y se convertía en el doble de tiempo y trabajo", cuenta.
En los últimos años, la vida se ha ido marchando de esta comarca del Bierzo, restaurante, tiendas y también bares han ido cerrando sus puertas poco a poco. En Torre había 14, hoy en día sólo quedan cinco y cada vez con menos gente. Uno de los que queda lo regenta Julio Suárez. Aquí antes comían todos los días mineros, camioneros y comerciales: "Comiendo 30 y esperando otros tantos. Hoy si llegan a 10 está bien", explica Julio.
Los diferentes Gobiernos han prometido cientos de millones para buscar una salida, pero tal y como expone el economista Manuel Rey, "muchos de esos millones están en aceras, pabellones, piscinas. Inversiones poco selectivas".
La comarca se ha quedado sin carbón, pero dicen que el futuro puede estar en el turismo o en la agricultura ecológica como motores económicos.