El avión sobrevuela a muy baja altura el centro de San Sebastián y realiza el amerizaje a muy pocos metros de la playa de la Concha. Recarga el depósito de agua y retoma altura para dirigirse de nuevo al incendio.

El alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, se queja de que nadie le avisó: "Tenemos megafonía en la bahía y podemos incluso ayudar a desalojar el entorno para hacer la operación más segura".

El Ejército del Aire, de quien depende el avión, no nos ha querido atender, pero sí ha respondido en Facebook: "Por la falta de otros lugares idóneos, como pantanos, y las condiciones, el punto más factible para la recarga de agua de los aviones era la bahía de la Concha".

¿Cómo se eligen los puntos de recarga?

Primero: se busca la masa de agua más cercana al incendio. A poder ser un pantano, donde el agua está en calma y es más fácil amerizar.

Si no hay un embalse adecuado, como dicen que era el caso de este fin de semana, pasan al plan B: el mar. Pero no vale cualquier punto ya que debe estar en calma, sin olas.

Y el único lugar así en el caso de este viernes era, según el Ejército del Aire, La Concha, una bahía protegida del mar abierto, adonde no suelen llegar olas fuertes.

El Ejército asegura que antes de bajar al agua, hicieron un vuelo de reconocimiento para ver si había gente. Que en cabina había tres profesionales y que consideraron que todo estaba controlado.

Pero el alcalde se fija en estas personas, que estaban en el agua en ese momento. Según la normativa, la tripulación no necesita avisar o pedir permiso al Ayuntamiento.