LaSexta habla con Fran, que está haciendo en la cocina de su casa albóndigas con tomate. Las prepara para él y para todo aquel que quiera degustarlas: las va a vender a través de una plataforma que ofrece comida casera a domicilio. "Cuando me sobra comida la subo a la página y distintos usuarios me la compran", explica Fran, que ha pasado a ser miembro de 'Linkinfood'.

Esta plataforma nació, según cuentan, con la idea de evitar tirar la comida que nos sobra y ayudar a personas con poco tiempo para cocinar a comer bien. En 'Linkinfood', más de 1.000 usuarios ofrecen cada día platos como paella, cocido o fabes con salmón.

"Siempre se hace comida de más y se derrocha. Intentamos evitar esa situación compartiendo las 'sobras'", expone Darío Carrasco, fundador de la iniciativa. Este tipo de servicio ha puesto en pie de guerra a los hosteleros. Dicen que no se pueden controlar las condiciones en las que se elaboran los platos.

"No hay ni una sola garantía, ni sanitaria. Si alguien se intoxica, ¿quién es el culpable?", expone Ramón García, miembro de la Federación de Hostelería de Ourense. Ellos se definen como "economía colaborativa". Los hosteleros, en cambio, tildan esos portales como competencia desleal.