Luis Martínez prepara el cuarto en el que le gustaría que pudieran estar sus cuatro nietos, confinados con su madre en un campo de detención sirio para mujeres y niños del autodenominado califato. "Que regresen a España", pide Luis, "que me traigan a mis nietos y a mi hija y aquí ya veremos todos sus problemas".

Yolanda Martínez nació en una familia acomodada madrileña y estudió Bellas Artes. Con 22 años se casó con Omar El Harchi, un trabajador de la construcción que líderaba en la sombra una célula de reclutamiento que actuaba desde la Mezquita de la M-30.

"Claro que le conocí", dice Luis sobre Omar. "Aquí estuvo viviendo un tiempo. Se comportaba con nosotros perfectamente, nunca hubo ningún problema de ningún tipo", recuerda.

En 2013, Yolanda viajó junto a su marido a Marruecos y desapareció. Hace unos meses llegó la noticia: Yolanda sobrevivía en un campo de detención de Siria con sus cuatro hijos. "Ella se dedicó simplemente a cuidar a los hijos, pero ella no ha ido a la guerra", defiende su padre.

Tres españolas han sobrevivido al derrumbe del califato: además de Yolanda, Luna Fernández y Lubna Miludi. Se encuentran retenidas en el campo sirio de Al Hol junto a más de 70.000 personas, la mayoría niños.

"A mí no me importa hacer lo que sea, si tengo que vender todo esto, lo vendo", asegura Luis, roto de dolor.

Narra que ha tratado, sin resultado, obtener una cita en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Pide el retorno de Yolanda y sus cuatro nietos.