En Burgos se ha celebrado una concentración como repulsa al asesinato de Silvia, la mujer que el domingo recibió una paliza mortal. Según los testigos, se encontró con su expareja en las inmediaciones de un bar y comenzaron a tener una fuerte discusión.
"Escuché los ruidos, cómo le pegaban. Ella chillaba, la gente estaba alborotada...", narra un testigo. Poco después, estos la encontraron en una calle próxima, tirada en el suelo, entre los coches, llena de golpes y con graves heridas.
Fue trasladada al hospital, donde murió tras no superar dos operaciones. Las contusiones por los fuertes golpes fueron irreversibles. La noche del asesinato, el agresor salió huyendo del lugar en cuanto llegó la ambulancia. Horas después fue localizado por la policía y detenido.
El hombre, de 36 años, tenía denuncias previas por malos tratos y una orden de alejamiento de la víctima. Ahora la investigación trata de determinar si el hombre se encontró con la víctima por casualidad, o iba buscándola.