Unos inmigrantes son recluidos en un centro abarrotado, que pide más recursos. Algunos han tenido que pasar por quirófano por culpa de las concertinas. "Se han hecho cortes muy profundos con las concertinas. De hecho, muchos de esos cortes han tenido que ser intervenidos en el quirófano", asegura Clemente Núñez, director de Socorro de Cruz Roja Ceuta.

Los guardias civiles ya están dados de alta y piden que la violencia de las últimas horas marque un antes y un después en la valla. "Serían necesarios unos 250 efectivos más para cubrirlo con total garantía", señala Francisco Javier Benito, presidente de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC).

El Gobierno está obligado a enfrentar con apremio dos grandes cuestiones. Por un lado, las devoluciones en caliente, un práctica prohibida por la legislación internacional. El ministro admite que se han entregado inmigrantes al país vecino y lo justificaba así en Cadena ser. "Ha habido devoluciones en frontera en consideración a la legalidad vigente. No han pisado suelo español".

Las organizaciones de derechos humanos exigen cambios: que nadie sea devuelto sin comprobar si existe riesgo para su vida.

El ministro es más contundente en el tema de las concertinas, que se sustituirán por métodos menos cruentos. Esta posibilidad inquieta a la Guardia Civil, que alerta de que, entonces, será más difícil contener un flujo cada vez más intenso, que ha llevado a marruecos a pedir medios logísticos a España.

"Son unos 60 millones de euros y lo que ha hecho el ministro Grande-Marlaska es reenviarlo a Bruselas con la esperanza de que Bruselas esté dispuesta a pagar la cuenta", afirma Igancio Cembrero, periodista especialista en el Magreb.

El bloqueo y la peligrosidad de la ruta marítima aumenta la presión sobre el norte de África.