Un altavoz simula el canto del carricerín cejudo, así intentan atraer al codiciado ave que caerá en las redes. A primera vista parece que sol ha caído uno, pero al acercarse, descubren que no es un carricerín cejudo sino un carricero común, aún así, lo capturan para tomarle medidas de la grasa y ponerle una anilla; posteriormente, lo liberan.

"Comparamos estos humedales como gasolineras: si tiene mucha grasa es como si llevara el coche lleno para seguir el viaje, y si tiene poca tiene que parar en la siguiente gasolinera a repostar, es decir, a alimentarse", explicaba Antonio Guillén, coordinador del Proyecto Live en la Comunidad Valenciana.

"Está en viaje migratorio, ha salido desde el sur del Sahara y se dirige hacia el este de Europa", ha continuado explicando Guillén.

Durante toda la campaña se ha conseguido anillar a diez carricerines cejudos en el Marjal dels Moros. "No es un número muy elevado, pero si la población total es de 35.000 es un número significativo. Con el número de ejemplares que hemos cogido podemos ver que el ave se mantiene", ha afirmado.