Cerca de 60 monjas residentes el el convento de Santa Ángela de la Cruz de Sevilla, en la capital, permanecen aisladas desde el pasado miércoles por un brote de COVID-19 que deja ya 76 positivos.

La gran mayoría de las hermanas podrían estar contagiadas, mientras que el resto de positivos corresponderían a personas que tuvieron contacto con ellas antes de conocerse el brote. En los últimos meses, las monjas han estado ateniendo a enfermos y personas mayores que viven solas, entre otras labores asistenciales

Los primeros 30 casos se detectaron el miércoles, y el jueves el consejero de Salud les pedía que mantuvieran la cuarentena más estricta posible. Las religiosas se encuentran ahora en sus habitaciones a la espera de que sigan evolucionando favorablemente, ya que ninguna de ellas ha tenido que ser ingresada en un centro hospitalario.

Aunque nadie puede entrar ni salir del convento, los feligreses de la zona, sobre todo niños y niñas del barrio, se han acercado a las puertas del edificio para mostrar su apoyo a las hermanas con dibujos en los que desean a las religiosas que se recuperen pronto del virus.

Los dibujos, cerca de una treintena, muestran en todos los casos a una monja junto a dos niños, y en cada uno, los pequeños han colocado mensajes de ánimo para las monjas, junto a los nombres de los pequeños. Así, se pueden leer mensajes como "Rezo por vosotras. Poneos buenas. Marcos" o "Estamos rezando por vosotras. Ana María".