Los campos de espigas de cereal deberían estar ya secos, pero algunos aún siguen verdes a pocos días del verano. Si se observa desde el espacio la península ibérica hace un año, se puede apreciar la tierra seca afectada por la sequía. Si se observa ahora está con mucha más vegetación. La diferencia es notable. El motivo, la lluvia.

Entre marzo, abril y mayo sólo en Madrid han caído 300 litros por metro cuadrado. En los últimos seis meses se han acumulado 450 litros, más de lo que se recoge en un año.

"Este ha sido el trimestre más lluvioso en Madrid desde que hay registros. Entre marzo, abril y mayo han caído más lluvias que nunca, después de un año, 2017, que fue especialmente seco con una sequía prácticamente histórica", explica Adrián Cordero meteorólogo de laSexta.

El resultado lo muestra el paisaje. Basta con caminar por cualquier parte del Monte Valdeoliva, en Madrid, para darnos cuenta que la maleza seca aún no ha aparecido. Se pueden encontrar hasta amapolas, una flor que no es típica de ver en pleno mes de junio. La amapola alcanza su máximo de floración en el mes de mayo, después suele decaer.

Aunque las lluvias de esta primavera han elevado las reservas de agua al 72,84%, un 17% más que el año pasado, no hay que bajar la guardia. España es todavía un país en riesgo de desertificación.