En el vídeo se puede observar cómo los migrantes salen de la alcantarilla y corren en medio de la carretera esquivando a los coches. Por primera vez están pisando por fin suelo estadounidense.

Llegan al país utilizando la nueva y peligrosa ruta: la subterránea. El alcantarillado se ha convertido en el último camino utilizado por aquellos que intentan alcanzar a toda costa el sueño americano.

"Sufrimos mucho, casi nos morimos por venir aquí", ha relatado una de las mujeres sudamericanas que ha tomado esa vía; y es que la oscuridad, la ferocidad del agua, los residuos y los kilómetricos sistemas de drenaje han convertido los sumideros en una trampa mortal.

Aún así son muchos los que lo siguen intentando: los traficantes cobran 1.000 dólares a los que eligen esta vía, a diferencia de los 5.000 que cobran a los que cruzan por la superficie. Una ruta 'low cost' en la que ya han muerto siete personas en los últimos diez días