Recogió a su hijo de 11 años en el punto de encuentro en el que lo dejaba su exmujer y se lo llevó a un monte. Lo golpeó, presuntamente, con una pala hasta la muerte. Sin embargo, dice que no recuerda nada.

A la pregunta de "¿cómo explica la presencia de sangre de su hijo en la pala, en la ropa, en los zapatos, en el vehículo...?", él ha respondido así: "No lo puedo explicar. Y he llegado a pensar que todo era un montaje".

Sí se acuerda perfectamente de lo que sintió cuando recogió al niño, y de sus relaciones con él: "Él estaba en una esquina mirando con una cara de odio. Mi contaba que su abuelo le decía que yo era un borracho, que no trabajaba".

La fiscal cree que el presunto asesino planificó matar al niño el día de la madre para hacerle el máximo daño posible a su exmujer.

Ella había denunciado a su exmarido en dos ocasiones por coacciones y amenazas. La última denuncia fue archivada y él niega que la haya insultado.

A la pregunta de si le decía al niño "que su madre era una puta", él ha contestado que no y que si alguna vez dijo algo "en ese sentido" fue "inconscientemente".

La defensa pide su absolución, dice que él no era consciente de los hechos porque, supuestamente, sufre siete enfermedades psiquiátricas.