Eitan es el rostro de la tragedia. La del único superviviente de las 15 personas que viajaban en el interior de la cabina del Teleférico que cayó al vacío en un bosque del norte de Italia.

El pequeño, de tan solo cinco años, sigue luchando por su vida y su pronóstico reservado. A su llegada al Hospital del Turín lo hacía asustado, pidiendo a los médicos que le dejasen en paz: "Déjadme en paz, tengo miedo, ¿dónde está mi mamá?", preguntaba. El menor estuvo alterado hasta que pudieron sedarle.

Sufre traumatismos en el cráneo, el pecho y el abdomen así como numerosas fracturas en las extremidades. El menor viajaba con toda su familia que ha fallecido en el terrible incidente: su padre, Amit, y su madre, Tal, de origen israelí. También su hermano Tom, de apenas dos años, y sus bisabuelos.

Entre las 14 víctimas mortales también se encuentran Silvia y Merlo, una pareja de 26 y 29 años, que se encontraban de viaje para celebrar la reciente graduación de ella en la universidad. También Roberta, que celebraba el cumpleaños de su marido Angelo.

Por ellos, y el resto de fallecidos, la Fiscalía italiana ya ha abierto una investigación por homicidio involuntario.

Así se desarrolló la tragedia

Según los testigos, la cabina se encontraba a 300 metros del final del trayecto, cuando el cable principal se rompió. Sin control, comenzó a descender rápidamente, hasta caer de una altura de unos 20 metros, y empezar a rodar ladera abajo, hasta estrellarse contra los árboles.

Todo ocurrió en uno de los lugares más elevados del Monte Motarrone, cuyo difícil acceso complicó las labores de rescate.

Los expertos tratan ahora de entender qué provocó la ruptura del cable de sujeción, que había superado todos los controles, y porqué fallaron también los frenos de emergencia. Fallos en los mecanismos de seguridad que han convertido un día de excursión, en un auténtico drama nacional.