Un contínuo reguero de residuos. Es lo que vecinos de Palma denuncian encontrar en la mayoría de las playas de la bahía. Aina ha reunido todo un bodegón en casa. "Esto ha pasado en temporada alta y me da miedo que afecte a la salud pública", expresa.
El grupo ecologista Gob ha pedido a la fiscalía que abra una investigación por considerarlos tóxicos y peligrosos. Aseguran que proceden de una ampliación del muelle de poniente que comenzó en el mes de mayo.
El color del material que se utilizó como relleno fue lo que hizo sospechar a David. "Vertieron un material que normalmente es tierra o piedra y comenzaron a verter un material gris... así como polvoriento", cuenta.
La autoridad portuaria de Baleares es la responsable de estas obras y consideran que el material que utilizaron es el adecuado. Sin embargo, la Consejería de Medio Ambiente paralizó las obras y ha exigido un informe de estos vertidos.
Sebastià Sansó, director de Educación Ambiental Islas Baleres, cree que "las preguntas principales, que eran cuáles son los materiales utilizados para estas escorias, no se han resuelto". Por eso, estudian expedientarles.
La autoridad portuaria nunca encargó ninguna evaluación de impacto medioambiental. El Ministerio de Fomento, autoridad de la que depende este órgano, asegura que no siempre es necesario, algo que idigna aún más a los colectivos ecologistas.
Margarita Nújera, portavoz de Gob, opina que "parece ser una especie de experimento. Vamos a utilizar las escorias en el puerto de Palma...".
Por su parte, el portavoz de Greenpeace, Julio Barea, dice que son "unos productos muy contaminantes, tóxicos y peligrosos que contienen los elementos químicos más tóxicos producidos por los seres humanos". La Consejería calcula que al menos se llegaron a verter unas 20.000 toneladas.