"Salimos aquella mañana alrededor de las 5 para intentar pasar a Europa vía Ceuta, y cuando ya se veía el agua, había dos policías de la Guardia Civil, uno en el mirador y otro que patrullaba en la parte baja", rememora este joven camerunés cuando se cumple el cuarto aniversario de la tragedia en la que 15 inmigrantes perdieron la vida.

Entonces tenía 22 años y ya había intentado muchas veces alcanzar su sueño; ese día, aunque no sabía nadar, fue uno de los primeros entre un grupo de alrededor de 200 personas que se lanzó al agua para superar el espigón que separa el territorio marroquí del español.

"Cuando llegamos nos lanzamos al agua, y el policía que estaba abajo comenzó a lanzar gas lacrimógeno, que comenzó a hacer espuma en el agua y ahogó a muchos de mis acompañantes, y éste disparó a bocajarro a los que estaban en el agua".

"Estaba a un metro y medio de altura por encima nuestro, de manera que nos veía bien", asegura.

"Gritábamos desde el agua, gritábamos por socorro, y entonces la Guardia Civil se acercaba. Y pensamos: Está bien, vienen a salvarnos, van a recogernos del agua"; sin embargo, se percató de que los agentes estaban en realidad "golpeando a los que estaban más cerca" desde su zodiac.

Hervé conocía a todos los fallecidos: "Sé que cada uno de ellos quería venir a España para tener una vida mejor, para estar en un país en el que se respeten las leyes y estar protegidos".

Tras intentar alcanzar la valla casi medio centenar de veces, Hervè logró llegar a Tarifa en una zodiac en abril de 2015.