La Guardia Civil ya tiene en su poder el vídeo que desenmascara a los últimos mariscadores ilegales pillados en Galicia. Fueron grabados por un dron como parte de la nueva estrategia de los percebeiros para poner fin al furtivismo pesquero en las costas gallegas.
Cada año, decenas de furtivos aprovechan las mejores rocas para arrancar y vender ilegalmente percebes. No respetan cotos ni cuotas de pesca. Tampoco pagan impuestos ni seguros; y son ellos mismos los que destrozan el hábitat natural de los percebes, el mismo que tanto cuidan los percebeiros profesional que actúan bajo un marco legal.
Operan sin reparar en el daño medioambiental y económico que provocan sus prácticas furtivas. En bañador y sin licencia de ningún tipo, arrancan los percebes que los mariscadores guardan de cara a Navidad. Ahora, los drones se han convertido en la herramienta ideal para destapar este tipo de prácticas delictivas.
Las multas por la pesca furtiva del percebe llegan hasta los 60.000 euros y hasta cuatro meses de prisión. Es el precio a pagar por prácticas como la venta a 10 euros, cuando en la lonja el kilo de percebes alcanza los 70 euros y llega hasta los 100 de venta al público.
En 2017, los guardacostas decomisaron 316 kilos de percebes ilegales. Con estos drones, los percebeiros esperan ahuyentar a los furtivos y reducir la pesca ilegal de tan preciado marisco.