Apostados en las esquinas y atentos a cualquier movimiento, así se preparaban los policías se preparaban para acceder a una vivienda en la que se encontraba un francotirador en la última operación antidroga en Algeciras.

Concretamente se produjo en el Saladillo, un territorio controlado por narcotraficantes, según sus vecinos.

Dos guardias civiles seguían en un coche a una furgoneta cargada de hachís, pero cuando bajaron vestidos de paisanos, los narcos los confundieron con otros traficantes que venían a robarles la droga y abrieron fuego.

La Policía accedió a la vivienda, pero los narcos ya se habían fugado. Dentro encontraron tres toneladas de hachís mientras los vecinos les insultaban.

Violencia extrema es la que se viven los agentes de Algeciras cada vez que se enfrentan a ellos. El portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles, Juan Fernández, afirma que "la violencia va en aumento y eso ha creado susceptibilidades dentro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".

Loa agentes aseguran que los narcos actúan con total impunidad, tal y como muestran las imágenes de este verano en las que se ve cómo descargan un alijo ante la mirada de los bañistas.