La Guardia Civil ha desmantelado una red de narcotráfico asentada en Madrid capital y en la Cañada Real que usaba a niños como vigilantes e incluso ocultaba la droga en sus pañales.
El origen de la investigación se remonta a principios de este año, tras detectar un aumento de personas que acudían a la Cañada. Esto llevó al instituto armado a establecer dispositivos de vigilancia hasta identificar a los miembros de tres clanes que no solo se dedicaban a vender estupefacientes, sino que también tenían plantaciones de marihuana en varias viviendas.
Un golpe al narcotráfico en el corazón de la Cañada Real que ahora se salda con 21 detenidos de tres clanes diferentes, después de que los agentes realizaran 18 registros simultáneos para evitar que se deshicieran de la droga. Además, intervinieron armas -cuatro armas cortas y una escopeta-, dinero en efectivo, heroína, cocaína, marihuana y dos plantaciones con un millar de plantas de esta última droga, así como nueve vehículos de alta gama.
Según la Guardia Civil, los ahora detenidos traficaban principalmente con heroína. Asimismo, el entramado contaba con siete búnkeres, ahora demolidos, donde distribuían la droga, tenían las plantaciones e incluso se habían habilitado habitaciones específicas para que los clientes pudieran consumir las sustancias ilícitas. Se les imputan los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a grupo criminal, tenencia ilícita de armas, elaboración y cultivo de marihuana y defraudación de fluido eléctrico.
Además, los traficantes utilizaban a niños para vigilar la zona e incluso esconder la droga. Según Mercedes Martín, portavoz del instituto armado, "habían ocultado la droga mayoritariamente en menores, algunos de ellos incluso en los pañales, y en mujeres".