El joven Luiz Jonas se encontraba trabajando en un chiringuito de Sanlúcar de Guadiana (Huelva) cuando un compañero, también camarero, le agredió presuntamente. ¿El motivo? Un móvil homófobo: el agresor no paró de propinarle golpes al grito de "maricón de mierda".

Sucedió el pasado sábado en la localidad onubense, fronteriza con Portugal. Luiz Jonas, de origen brasileño y de 22 años, lo ha denunciado ante las autoridades, puesto que "quiere y busca" justicia. Pero no ha sido su único problema.

Al conocerse lo sucedido, Luiz Jonas no sólo va a tener que recuperarse de sus heridas. Ahora también se encuentra ante una disyuntiva: o retira la denuncia y vuelve a trabajar, o está en la calle. Esa ha sido la amenaza de su jefe en el chiringuito.

"Ni uno más, por favor"

Así lo ha explicado en una entrevista con Al Rojo Vivo. En la conversación, Luiz Jonas sólo ha pedido que no haya "ni uno más, por favor". "Quiero ser libre", ha reclamado.

Por eso, pide a las autoridades, políticas y judiciales, que actúen. "Que hagan leyes que nos protejan que podamos vivir sin miedo", ha insistido, con la cara magullada tras los golpes.

Puñetazos en ojos, nariz y boca

En la denuncia, a la que ha tenido acceso Efe, Luiz señala que el presunto agresor es un nuevo compañero de trabajo, que desde su llegada ha estado realizando todo tipo de comentarios homófobos hacia el denunciante y su pareja, a diferentes trabajadores del establecimiento, e incluso al responsable del local.

La presunta agresión se produjo después de que el denunciado creyera oír a la pareja del denunciante, que se encontraba hablando con un camarero precisamente de su actitud, un comentario despectivo hacia su persona, por lo que se encaró con él.

El denunciante intervino para intentar separar a los dos y el agresor "se revolvió dándole un puñetazo en el ojo, nariz y boca, hasta tirarlo al suelo, momento en que el aprovechó para propinarle una serie de patadas en el pecho, hasta que lo detuvieron dos compañeros", consta en la denuncia.

Por último, refiere el denunciante que el agresor no paraba de insultarles tanto a él como a su pareja, diciéndoles expresiones como "maricón de mierda", "¡si es que no eres un hombre!" o "¡estas son las cosas que pasan por contratar a maricones como estos!".