Bonnie Hart, de 62 años, no tenía pensado que su jardín se pudiera convertir en un zoo. Hace cuatro años, decidió comprar a un amigo a Anushka, un tigre que mantiene en una parcela entre rejas en su jardín.
Sin embargo, los osos llegaron a su jardín de forma accidental. Según informa New York Post, aparecieron allí cuando eran cachorros y siguieron desde la calle a su perro. En un primer momento creyó que se trataba de otros canes, pero cuando descubrió que eran osos, decidió cuidarles.
Aunque Hart suele tratarles de forma cariñosa, como lo haría cualquiera con su mascota, es consciente de la amenaza que suponen. Por ello, ha comprado una pistola eléctrica y tranquilizantes para evitar sustos en un futuro si los animales reaccionan violentamente.
Tan segura está de la docilidad de los osos que permite a sus nietos acercarse a ellos, aunque si mantiene más medidas de seguridad con el tigre.