Dos niños de cuatro años han tenido que ser atendidos en un hospital de Sevilla después de haber estado jugando con un preservativo usado en el patio del colegio CEIP Miguel Hernández.

Según ha explicado a laSexta Estefanía, la madre de uno de ellos, se encontraron el condón con "restos de semen" en el arenero de recreo y se lo llevaron a la boca: "Nos enteramos porque el otro amiguito se lo llevó en el bolsillo a casa y fue la otra mamá lo que lo vio. El niño le contó que se lo encontró y se lo metió en la boca para inflarlo como un globo y se pusieron a jugar a meterle arena y a vaciarlo".

"Nos dimos cuenta porque la otra mamá mando al chiquillo a lavarse las manos. Se acercó a él y vio que lo estaba vaciando y traía restos de arena y líquido blanco, traía restos de semen", ha denunciado.

Tras acudir a urgencias, los niños han dado negativo a las pruebas del VIH y hepatitis y "están bien". Además han sido sometidos a un tratamiento para prevenir el contagio por estas enfermedades: "Después del tratamiento que se han tomado están bien, a uno le dio gastroenteritis, diarrea. Dentro de seis semanas vuelven a repetir las pruebas. Probablemente sigan dando negativo porque el riesgo del contagio es mínimo, pero no deja de ser algo muy fuerte y que no debe estar pasando en un colegio".

La mujer ha señalado que al ser niños tan pequeños "su primera reacción es metérselo todo a la boca" y cree que "ha podido ocurrir más veces sin saberlo". Según apunta, se trata de una terrible problemática que ese colegio arrastra desde hace años.

"Lleva mucho tiempo que está pasando, entran dentro del colegio y hacen estas barbaridades de cosas. Se han encontrado cosas así de hace muchísimo tiempo. El cole nos dice que están cansados, que ya han puesto varias reclamaciones al Ayuntamiento porque se encuentran en el patio de todo; cristales, botellas partidas, porros, preservativos, heces de persona. Han hecho destrozos en el colegio", denuncia.

El problema, apunta, es el muro del patio, que "está partido", así como "la puerta principal, que es muy bajita y por mucho que se cierre, se salta igualmente". "No tienen problema para acceder al colegio. Hacen botellón dentro, de todo", ha lamentado.

Dos detenidos

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Todo empezó a la hora de la siesta, cuando llamaron a la puerta y aparecieron dos encapuchados: "Uno subió la escalera hacia arriba y el otro me empujó al salón y vio a mi marido hablando por teléfono".