Algunas de las víctimas del presunto pederasta, podrían tener que volver a verle la cara esta semana. Lo harán en una rueda de reconocimiento que es, según algunos expertos inútil sobre todo después de la publicación de fotos de Antonio Ortiz.
"No se sabría si las niñas están reconociendo a la persona que en los medios de comunicación han visto que dicen que les ha hecho eso" explica Nicolás Revuelto Lalinde, abogado. Las niñas irían a los juzgados de Plaza de Castilla, donde hay dos salas en los sótanos.
"Es una zona que la gente normal de la calle no está acostumbrada, se ven puertas opacas, se ven barrotes, se oyen ruidos" indica Nicolás. Por eso recomiendan que se prepare previamente a las menores. "Que los niños puedan visitar antes la sala, que se puedan familiarizar, que vean a los dos lados del cristal" dice Victoria Noguerol, psicóloga Clínica Centro Noguerol.
La sala está formada por una pequeña pecera iluminada, con cinco personas, entre las que estaría el presunto pederasta. Todos sentados bajo un número del 1 al 5 frente a un cristal opaco y podrían tener que levantarse a petición de la víctima.
Al otro lado, una sala pequeña y a oscuras, como en las ruedas de reconocimiento de adultos, estarían el secretario judicial, sentado en una mesa, el juez, los abodados de las partes y en esta ocasión, también asistirían los padres, el fiscal y un psicólogo.
"¿Qué ocurre si se practica la diligencia y las niñas no le reconocen? En ese momento la defensa va a pedir el sobreseímiento y la puesta en libertad de su cliente" dice Nicolás. La última palabra, eso sí, la tiene la jueza que será la que decida, en última instancia si esta prueba es absolutamente imprescindible.