El fallecido limpiaba las malas hierbas desconociendo que tras un seto se escondía un nido de avispa velutina, que resultó ser mortal. Cuando la familia llegó en su ayuda, el hombre estaba inconsciente.

Las avispas le picaron por todas partes, en la cara, en los brazos, y el efecto fue fulminante en un hombre especialmente vulnerable, puesto que era alérgico.

Edelmiro es la segunda persona que muere en menos de una semana por picadura de avispa en Galicia. En esta comunidad, como ocurre en gran parte del norte de España, las velutinas se están instalando con facilidad, se calcula que hay un 80% de los municipios gallegos afectados.

Los bomberos llegan a dedicar más tiempo a ellas que al resto de emergencias. A las velutinas se las reconoce por su mayor tamaño y agresividad, sus patas amarillas, su cuerpo color negro, sus nidos de más de un metro.

Su veneno es letal para los alérgicos, y un 3% de la población lo es aunque muchos aún no lo saben. Si alguna vez alguna le ha picado una avispa y le ha hecho mucha reacción, vaya al alergólogo.

Se trata de una especie invasora que empezó a asentarse en España en el 2010 y que, a pesar de los esfuerzos para la erradicación de esta invasora, la velutina parece haber venido para quedarse.