En los campos de Santovenia del Esla, en Zamora, la cebada no es tan verde en algunas parcelas y las espigas están secas. "Nos van a envenenar a unos y a arruinar a otros", apunta Manuel Carro, vecino.

Los vecinos aseguran que no están en contra del sector ganadero, pero no quieren en sus tierras los residuos que genera la ganadería industrial de cerdos. El llamado purín y sus olores.

"Deben estar tranquilos, la granja no va a oler; tomamos todas las medidas que nos exigen", asegurado José Antonio Pérez, responsable del Grupo Batallé (Zona Centro España)

La empresa Batallé, que plantea instalar un complejo a tres kilómetros del municipio apunta que cumple con la normativa, lo que no convence a los vecinos.

"Este tipo de granjas depredadoras, lo que están haciendo es usar los acuíferos, cunetas, donde pillan, para tirar el purín. Zamora se está convirtiendo en el establo de Castilla y León", sostiene Luis de Nicolás, portavoz de la plataforma 'Tierra de Alba'.

Los responsables de estas granjas insisten en que esos vertidos a los que se refieren son casos aislados. "Contamos con 655 hectáreas para aportar el purín como abono orgánico", ha subrayado Faustino Martín, técnico del Grupo Batallé.

Sin embargo, los vecinos no lo comparten. "Dicen que es fertilizante cuando en realidad es contaminación, genera amoniaco, metano...", ha afirmado Pedro Luis Ante, portavoz de la plataforma 'Pueblos Vivos de Zamora'

Acusan a Batallé de costear y cambiar la normativa urbanística del pueblo para instalar el complejo ganadero. Ellos se justifican. "Ha sido un adelanto del pago de las normas urbanísticas en base a la tasa que debemos pagar de licencia de obras", ha añadido Martín

Una situación que todos esperan que resuelva la administración regional para dar una solución compatible con ganaderos y vecinos y sostenible con el medio ambiente.