Los distribuidores de butano amenazan con dejar de repartir las bombonas si no se cambia la fórmula con la que se calcula el precio regulado ya que denuncian que trabajan a pérdidas.
Durante décadas fue la principal fuente de energía de nuestros hogares. Y a pesar de que en España siga habiendo seis millones de españoles que usan butano, ahora el trabajo de los repartidores de butano amenaza con llegar a su fin. A las empresas que reparten el butano a precio regulado les ahogan los costes y no les llegan los beneficios. De hecho, si siguen sin salirles las cuentas amenazan con cesar su actividad.
Aunque España el precio de las bombonas está regulado y el precio del butano es barato, la parte que reciben no es suficiente para cubrir unos costes que no paran de subir.
Iago Castro, presidente de la Federación Española de Gases Licuados de Petróleo (FEDGLP), indica a laSexta que "nos están apretando más de cara a continuar con este servicio. No tenemos de donde rascar".
La fórmula que utiliza el Ministerio de Transición Ecológica para regular el precio de las bombonas lleva 10 años sin tener en cuenta la subida del IPC. Lo que provoca que aumenten los costes, pero no sus beneficios.
A las empresas distribuidoras de butano repartir cada una de estas botellas les sale a unos 3 euros con 70, sin embargo, por ellas reciben tan solo una comisión de 3 euros. De esta manera, su actividad sale a pérdidas. Por ello piden urgentemente al ministerio un cambio en la regulación.
Además, si peligra el reparto, peligra el consumo de butano, sobre todo para los mayores o los vecinos de zonas rurales. Es decir, que si no se lleva a casa, la mayoría no lo podría utilizar. Por eso, piden al ministerio una respuesta inmediata para que el butano siga llegando a los hogares.