La Guardia Civil de Burgos ha detenido a 13 personas por una trama de administración irregular de medicamentos en animales, entre ellos el dueño de una comercial veterinaria, cinco ganaderos y cuatro veterinarios. Los acusados se enfrentan a delitos contra la salud pública, la falsedad documental, el intrusismo profesional y la pertenencia a grupo criminal.
En una investigación llevada a cabo por el Seprona, se descubrieron anomalías en la expeditación de recetas a nombre de explotaciones ganaderas 'inactivas' del País Vasco y Cantabria. Sin embargo, llamó la atención de los agentes el hecho de que su titular no poseía la explotación que figuraba en las recetas ni era cliente de esa comercial. Las recetas habían sido validadas por tres veterinarios diferentes, que firmaban las recetas sin realizar tratamiento a los animales.
De esta forma, se verificaron casi 500 medicamentos que habían salido de la comercial con la firma de los veterinarios y con destino desconocido; la investigación se intensificó a raíz de este dato para averiguar el destino de los productos, y se acusó a varios ganaderos de intrusismo laboral por hacer el trabajo de los veterinarios.
Según los expertos de los organismos competentes, las irregularidades se resumen en un uso indebido de medicamentos sujetos a prescripción veterinaria, y en la ausencia de un control, supervisión y responsabilidad de los profesionales sanitarios en la dispensación y la prescripción de medicamentos.
Estos delitos podrían ocasionar graves riesgos para la sanidad animal y el medio ambiente; sin embargo, este no es el único problema, ya que el uso incorrecto de estos medicamentos podría ocasionar el desarrollo de resistencias antimicrobianas, lo que constituye una de las amenazas más serias para la salud pública.