Su arresto ha sido posible gracias al canal de cooperación policial internacional que a nivel europeo brinda la Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos, mediante el que se lleva a cabo el intercambio de información de casos de especial relevancia, ha informado la Dirección General de la Policía en un comunicado.
Se trata de Glenn Holland, nacido en Irlanda en 1982, aunque utilizaba diferentes identidades, según han detallado fuentes de la investigación, que han precisado que está vinculado con el grupo criminal organizado Kinahan, de origen irlandés, ubicado en la Costa del Sol y dedicado presuntamente a la venta de armas y lavado de dinero.
La solicitud de la Policía irlandesa se basaba en un registro realizado en el vehículo de Glenn Holland en 2013, en el que los agentes irlandeses encontraron dos pistolas con munición real y un fardo de cocaína.
Los investigadores tuvieron conocimiento de que el fugitivo había abandonado Irlanda para dirigirse a España en mayo de 2016; las investigaciones se centraron entonces en la provincia de Málaga debido a las vinculaciones que presuntamente tenía con algún miembro del conocido clan Kinahan.
Posteriormente se averiguó que varios miembros de su familia tenían previsto realizar un viaje a Málaga en noviembre de 2016, por lo que se organizó un dispositivo de vigilancia a su llegada a suelo español gracias al cual fue localizado en compañía de su familia en el aeropuerto de la ciudad andaluza.
Sin embargo, en el momento de proceder a su detención el fugitivo arremetió con gran violencia contra los policías intervinientes y emprendió una huida desenfrenada, cruzando a la carrera los carriles de la autopista y logrando escapar de los agentes.
A finales de julio se recibió una comunicación por parte de los servicios policiales irlandeses en la que situaban nuevamente a su familia en España, más concretamente en Reus.
Se solicita colaboración ciudadana
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El contexto La madrugada de este jueves empleados de la planta de reciclaje de Loeches encontraban los restos mortales de un neonato de unas dos semanas de vida. Según el primer exámen forense el bebé podría presentar signos de asfixia.