La Policía Nacional ha detenido a en Burgos a un hombre de 45 años acusado de ser el supuesto autor de la violación de una joven, a la que engañó con una falsa oferta de trabajo en un spa erótico en Madrid. El presunto agresor publicaba anuncios falsos a través de los cuales las víctimas contactaban con él. Después les pedía fotografías desnudas y les citaba en persona para poder obtener favores sexuales, aprovechándose de la edad de las jóvenes y de su superioridad como supuesto jefe.

Los agentes ya habían detectado que un hombre utilizaba foros y páginas de búsqueda de empleo para publicar falsas ofertas de trabajo para camareras, recepcionistas y masajistas. Eran anuncios con un componente érotico y sueldo elevado, algo que atraía a la víctimas, quienes contactaban con el presunto agresor, creyendo que se trataba de una secretaría. Este les solicitaba por Whatsapp fotografías de ellas desnudas o con la menor ropa posible y, posteriormente, concertaba una cita en persona para poder conocerse y determinar cómo se desenvolvían en el puesto de trabajo correspondiente.

En esta entrevista, el supuesto jefe, aprovechándose de su posición de poder y de la ignorancia y juventud de las víctimas, intentaba obtener favores sexuales de ellas, llegando a llevar a cabo tocamientos y actos sexuales contra su voluntad. Algo que también hacía de forma sorpesiva, si estas no accedían a sus pretensiones, usando la fuerza y la intimidación.

La repercusión en los medios de estas averiguaciones llevó a la joven a interponer una denuncia por una agresión sexual que había sufrido hacía cuatro años. El presunto agresor resultó ser el hombre que estaba siendo investigado por la Policía Nacional, que, según la declaración de la víctima, utilizó el mismo "modus operandi" que previamente habían detectado los agentes.

Cuando la joven contactó con el anunciante para obtener más información sobre el trabajo ofertado, una supuesta empleada le indicó que consistía en la recepción de clientes en un spa erótico, así como la posible realización de masajes eróticos a ciertos clientes sin que estos pudieran tocarla, algo por lo que cobraría unos 2.000 euros. También le explicó que, de estar interesada, debería citarse con el jefe para que este la conociera y viese si era apta. La entrevista se concertó dos días después en una boca del Metro de Madrid, desde donde fueron hasta un spa erótico. Una vez dentro, aprovechando que no había nadie más en el local, el hombre le indicó que tenía que tocarle para ver cómo se desenvolvía. Tras la negativa de la víctima, el presunto agresor procedió a la violación, ante la cual la joven, presa del pánico, se sometió por miedo a que pudiera hacerle algo peor, según ha declarado. La víctima ha añadido que solo era capaz de llorar y desear que aquello terminara.

Los investigadores están tratando de localizar a más posibles víctimas, pero sospechan que la mayoría no ha interpuesto una denuncia por vergüenza, por miedo o por sentimiento de culpabilidad. El detenido ha pasado a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Burgos como presunto autor de un delito contra la indemnidad sexual.