Según las pesquisas, el investigado se habría aprovechado del estado de semiinconsciencia de la víctima, después de una noche de fiesta y alcohol, para mantener sexo no consentido con aquella, según ha informado la Policía en un comunicado.
La investigación se inició a raíz de la denuncia de una turista francesa, que, tras ser asistida en un hospital, fue a comisaría e informó de sus sospechas de haber sufrido abusos sexuales por un conocido.
La denunciante expuso que el día de los hechos, había estado de fiesta con un hombre al que conoció días atrás a través de Internet y quien la encartó para verse en una sala de baile.
Tras una noche de fiesta en la que ambos tomaron alguna copa de alcohol, la víctima comenzó a encontrarse indispuesta y acabaron en el domicilio del investigado. A la mañana siguiente ella presentaba un cuadro de amnesia y detectó que tenía molestias en zonas íntimas, ha añadido la Policía.
Al tener algunos recuerdos de lo que ocurrió aquella noche, la víctima amplió información a los agentes acerca de los presuntos abusos sexuales e insistió en que no consintió mantener sexo con aquel. Por su parte, según las indagaciones, el investigado reconoció por Whatsapp a la víctima que mantuvieron sexo aquella noche y agentes de la UFAM de la Comisaría Provincial de Málaga le detuvieron por su presunta implicación en un delito de abusos sexuales, tras lo que la Autoridad Judicial decretó su ingreso en prisión.
"Le habían lavado el cerebro"
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El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.