La investigación se inició el pasado mes de abril cuando agentes de la Guardia Civil pertenecientes a la Patrulla Fiscal y de Fronteras de Fuentes de Oñoro, en Salamanca, intervinieron en un control de carreteras abundante material supuestamente falsificado.

Entre la mercancía intervenida, se hallaron numerosos paquetes que contenían 216 pares de zapatillas supuestamente falsificadas, que iban a ser entregadas en una dirección de la localidad de Plasencia, según informa la Guardia Civil en nota de prensa.

Con esta información, agentes de la Guardia Civil de Plasencia continuaron con la investigación tratando de averiguar el destinatario final del género, en la que conocieron que la dirección de entrega de la mercancía se correspondía con un establecimiento dedicado a la venta al público de productos textiles.

Fue entonces cuando los agentes se personaron en el establecimiento, en cuya inspección hallaron gran cantidad de etiquetas y anagramas de conocidas marcas comerciales, así como "toda la maquinaria necesaria tanto para la estampación como para la fabricación de las referidas etiquetas y anagramas" como impresoras, planchas termo selladoras y todo tipo de útiles informáticos.

Con toda la información, la Guardia Civil determinó que en la tienda se estaba llevando a cabo la estampación de etiquetas en las prendas intervenidas, "a priori de marca blanca pero con signos idénticos a los originales", sin la debida autorización del propietario de la marca y al objeto de su posterior comercialización, "vulnerando con ello los derechos de propiedad industrial de las empresas registradas".

Tras ser identificado el titular del negocio, y con todos los indicios y pruebas obtenidos, la Guardia Civil procedió a su detención el pasado día 17 de mayo, como presunto autor de un delito contra la propiedad industrial, y fue puesto junto con todo el material intervenido, a disposición del Juzgado de 1ª Instancia e instrucción Nº 2 de Plasencia.

Con estas actuaciones, la Guardia Civil ha dado por desmantelado un negocio que "bajo la apariencia de legalidad vendía a los consumidores productos falsificados", con lo que ha retirado del mercado gran cantidad de etiquetas, anagramas y productos no facilitados por las marcas, que carecen de las garantías de calidad y seguridad que sí tienen los productos originales de las marcas a las que imitan, perjudicando con ello tanto a las marcas originales, como a los consumidores y a la Hacienda Pública.