La Guardia Civil ha detenido a cinco personas que usaban datos falsificados de las Fuerzas Armadas para adquirir armas y venderlas posteriormente en el mercado negro, triplicando su precio original.

Se han realizado diez registros en las provincias de Madrid, Burgos y Barcelona, donde se han intervenido 21 armas de fuego de última generación, más de 8.800 cartuchos metálicos de diferentes calibres y 73.000 euros en metálico.

Las autoridades destacan la peligrosidad de alguna de las armas con las que traficaban los detenidos y que les fueron incautadas, como el caso de un rifle táctico dotado de puntero láser, linterna, bípode y numerosos cargadores de alta capacidad, alguno de ellos de hasta 50 cartuchos.

Los imputados blanqueaban los beneficios conseguidos mediante la compra de propiedades, vehículos y la obtención de préstamos que amortizaban de forma anticipada en un corto plazo de tiempo.

Además de a la venta de armas, algunos de ellos estaban involucrados en actividades de tráfico de drogas, ya que en uno de los registros se les intervinieron más de 120 gramos de cocaína, así como balanzas de precisión y otros útiles para la distribución de estupefacientes.

Un exsoldado militar entre los detenidos

Entre los detenidos se encuentra un exsoldado profesional que se hacía pasar por un oficial del Ejército y que se dedicaba a la adquisición en armerías de pistolas y revólveres. Para ello, utilizaba permisos de armas y guías de pertenencia falsificadas a nombre de militares para los que decía actuar como representante.

Para dar más credibilidad a su supuesta condición de militar, se identificaba con una placa y un carné falso del Ejército del Aire, que también han sido requisados.

Con este método, consiguió adquirir 21 armas de fuego en una armería de Madrid, principalmente pistolas y revólveres, pero también rifles, versiones civiles de fusiles de asalto militares y escopetas policiales tácticas de corredera.

Otro de los detenidos usaba su licencia de armas de tiro deportivo para adquirir grandes cantidades de munición de forma legal que, posteriormente, entregaba a los otros acusados para venderla junto con las armas con las que traficaban.

De esta manera, ofrecían packs completos de armas nuevas (que incluían hasta cuatro o cinco cargadores adicionales y varias cajas de munición), lo que les aseguraba su inmediata venta en el mercado negro.

Por todo ello, a los cinco detenidos se les imputan los delitos de tráfico de armas y munición, depósito de armas y munición, falsedad documental, usurpación de funciones y estado civil, tráfico de drogas y blanqueo de capitales.

En los últimos cinco años la Guardia Civil ha desarrollado más de 60 operaciones contra redes de tráfico de armas que se han saldado con 361 personas y la incautación de más de 4.100 armas de fuego (muchas de ellas de guerra) y 406.427 cartuchos metálicos.