Tras horas de registro, los Mossos encontraban un cadáver enterrado en el jardín de la vivienda de Terrasa donde convivían Mònica Borràs, desaparecida el pasado 7 de agosto, y su expareja, a quien detenían durante la mañana de este miércoles.
Con él presente, han registrado el interior del domicilio antes de que llegara un georradar a la vivienda. Tras cuatro horas, encontraban el cadáver de una mujer, que podría ser el de Mònica.
A la policía científica se la ha podido ver excavando en el jardín de la casa que era el último lugar donde se vio a Mònica con vida. Su expareja, el detenido, explicó en ese momento que habían tenido una fuerte discusión y que ella se había ido dando un portazo. Dijo que era habitual en ella salir a pasear cuando estaba nerviosa.
Pero la mujer, de 49 años, aquel día no cogió su bolso ni su móvil. Esto hizo pensar a los investigadores que no era una desaparición voluntaria. Además, en estos meses no ha habido movimientos en sus cuentas bancarias.
La autopsia será ahora la que determine si el cuerpo encontrado es el de Mònica Borràs.