El servicio de salud gallego (Sergas) ha destruido varias dosis de la vacuna contra el coronavirus. Estas estaban destinadas a una residencia de mayores de la localidad de Marín (en Pontevedra), donde todavía hay algunos empleados sin vacunar. Fuentes oficiales de la región han confirmado a laSexta que el suceso es cierto, aunque lo definen como "un error puntual".

Asimismo, de acuerdo con el Diario de Pontevedra, el Sergas se desplazó a este centro para terminar la inmunización de algunos operarios, que ya habían recibido su primera dosis. Aun así, puesto que "cada vial da para seis vacunas", como indicaban al medio citado, calculan que podrían haber sobrado unas tres dosis.

Ante esta situación, los miembros del Sergas preguntaron a "su superior" qué debían hacer con las inyecciones sobrantes, y la indicación, según estas fuentes, fue clara: "Destruirlas". Así, delante de buena parte del personal de la residencia, el equipo se deshizo de las vacunas.

Estos hechos han suscitado un gran enfado entre los miembros de la plantilla. Especialmente entre un grupo de trabajadores que había rechazado en primera instancia ponerse la inyección, pero que ahora sí querría acceder a ella. "Podían haber preguntado si había trabajadores que podían recibirlas, que los hay, o avisar incluso a empleados de otros centros para que se desplazaran a la residencia. Lo que no es de recibo es que las tiren", denuncian estas fuentes al diario gallego.

En esta línea, la dirección del área sanitaria también se ha pronunciado ante la polémica. Así, desde el ente oficial afirman que las vacunas contra el COVID-19 "tienen un tiempo máximo para ser administradas", que es de unas seis horas. De este modo, justifican la decisión tomada por los supervisores del Sergas, puesto que, afirman, deben proporcionar estas dosis únicamente a las personas que "forman parte del listado". Junto con eso, a raíz de este incidente, han indicado que elaborarán un "listado de reserva", para que, en caso de que sobren dosis, sí puedan ser administradas.