Las autoridades brasileñas han desmantelado una red de cazadores dedicados a la captura ilegal de jaguares y otras especies en peligro de extinción de la selva amazónica.

Los detenidos se encargaban de vender, de forma clandestina, las pieles de venados, carpinchos, pecaríes y jaguares; de estos, se calcula que solo uno de los detenidos, llamado Temístocles Barbosa Freire, abatió a un total de 1.000 ejemplares desde que comenzó esta actividad.

SegúnLa República, los siete hombres que se habían dedicado a este negocio desde hace 30 años y que ahora están acusados, podrían enfrentar penas desde multas económicas elevadas hasta el ingreso en prisión.

El jaguar fue catalogado como especie en peligro de extinción en algunos lugares como la Caatinga y la Mata Atlántica. Alrededor de 40.000 ejemplares habitan en la Amazonía y un total de 55.000 cohabitan en Brasil, según el Instituto Chico Mendes de Conservación y Biodiversidad.

Tras un seguimiento arduo durante tres meses en los que se realizaron escuchas telefónicas y rastreos de los cabecillas, consiguieron incriminarlos por fomentar, en el estado de Acre, la muerte y venta clandestina de pieles y ejemplares de estos animales.

Responsables del Departamento de Conservación han informado de que, durante el trimestre en el que fueron vigilados por las autoridades, organizaron un total de 11 salidas en las que mataron a ocho jaguares utilizando perros como carnada.