Ousman Umar tenía 17 años cuando un día en su Ghana natal alzó la mirada y vio "un pájaro de metal que volaba". "Cogí una piedra, la lancé hacia arriba y cayó. No podía entender por qué la piedra no podía sostenerse en el aire pero el avión sí", asegura Umar, quien comenzó a sentir curiosidad a partir de ese momento por el hombre blanco.

"Yo no iba a España, tampoco a Europa. Yo iba al paraíso", afirma. Sin embargo, el camino no fue como esperaba y tardó cinco años en llegar a España, donde su infierno se prologó dos meses más. "Ni en el desierto del Sáhara me sentí tan solo como en España", relata a laSexta.

De eso han pasado ya 17 años y reconoce que las cosas han evolucionado, aunque al observar las imágenes de la última tragedia en el mar de Calabria, su actual trabajo cobra mas sentido. Porque sabe que hay jóvenes con la misma curiosidad que sintió él. Y sabe también que no podrá impedir que salgan en busca del paraíso, por lo que les informa sobre los detalles del viaje a través de su ONG, NASCO.

A través de ésta crea opciones de trabajo en su país de origen. "Ahora mismo hay 19 jóvenes programadores teletrabajando para siete empresas diferentes", explica. Puedes obtener más información consultando el vídeo sobre estas líneas.