Regresan a sus casas tras pasar más de un mes sin tocar tierra. El Gobierno ha coordinado una compleja operación para facilitar el desembarco de 168 españoles y otros pasajeros europeos que llevaban navegando en un crucero desde enero.

Debido a las severas restricciones por la pandemia del COVID-19, no habían podido tocar tierra desde el pasado 14 de marzo. La operación se ha llevado a cabo en el Puerto de Barcelona gracias a una autorización especial del Ministerio de Sanidad que exceptúa al buque de la prohibición general de atraque en puertos españoles.

Así estos pasajeros españoles podrán regresar al fin a sus domicilios, de los que salieron a principios de año para disfrutar de un crucero cuyo destino final era Venecia.

"Yo creo que nos han tratado como un poco apestados. No nos abrían los puertos. Ni siquiera nos dejaban repostar", explica Blanca, una de las pasajeras del crucero. Durante el trayecto solo un viajero tuvo que ser evacuado al presentar síntomas compatibles con la enfermedad, pero finalmente dio negativo.

Semanas de incertidumbre y cambios de ruta constantes, que dentro del crucero se vivieron con relativa normalidad y comodidad. "Como es un barco tan grande, tienes mucha libertad de movimientos. Estabas como en una jaula de oro", apunta Mercedes, otra de las pasajeras que han desembarcado en Barcelona.

Al resto de pasajeros (de otras nacionalidades) se les ha ofrecido todas las posibilidades y medios de transporte para poder llegar a sus respectivos países desde el propio puerto marítimo. Esta operación se ha realizado con todos los controles sanitarios necesarios. El resto del pasaje seguirá rumbo hacia Génova.