Al menos siete personas murieron y 86 resultaron heridas al descarrilar hoy un tren de pasajeros en la localidad de Buknadel, a unos 20 kilómetros de Rabat, según el balance provisional de las autoridades sanitarias marroquíes.
Entre los heridos, siete están de gravedad, explicó en declaraciones a la prensa en el lugar del accidente el director general de la compañía nacional de ferrocarriles (ONCF), Rabie Khlie. El responsable marroquí subrayó que se ha abierto una investigación para determinar las causas y circunstancias del siniestro. Todos los pasajeros bloqueados en los vagones siniestrados fueron evacuados y se dieron por finalizadas las tareas de rescate.
Los efectivos de rescate, acompañados por perros, y los diferentes cuerpos de seguridad realizaron un enorme despliegue en el lugar del siniestro, hacia donde se han trasladado numerosas ambulancias, y donde se observó sangre, restos humanos y numerosas piezas de equipaje y ropa de pasajeros que estaban dispersados en el lugar.
El ministro de Interior, Abdeluafi Laftit, el ministro de Equipamiento y Transporte, Abdelkader Amara, y el wali (gobernador) de la región de Rabat y Kenitra, junto a varios altos responsables civiles se desplazaron inmediatamente al lugar del siniestro. La agencia oficial de noticias marroquí MAP informó que el rey Mohamed VI dio instrucciones a los diferentes responsables para evacuar a todos los heridos al hospital militar de Rabat, considerado el mejor equipado en toda la región y reservado para los uniformados.
El accidente ocurrió sobre las diez de la mañana cuando un tren de cercanías que partió de Rabat hacia la ciudad de Kenitra (a unos 45 kilómetros al norte de la capital) se salió en el camino de la vía por razones desconocidas, lo que provocó que se derrumbasen varios vagones que chocaron con el pilar de un puente.
La línea entre Rabat y Kenitra y que pasa por la ciudad de Salé es muy frecuentada por pasajeros, ya que muchos ciudadanos que trabajan o estudian en Rabat tienen su residencia en la ciudad de Kenitra. En un comunicado, el presidente de Gobierno, Saadedin Otmani, dio el pésame a los familiares de los muertos y señaló que la prioridad en estos momentos es "atender a los heridos".
Por otra parte, el director general de ONCF apuntó que los equipos de la compañía están trabajando para retomar cuanto antes el tráfico en tres líneas entre Salé y Kenitra que quedaron interrumpidas tras el accidente. El responsable marroquí añadió que se trata del accidente de tráfico ferroviario más grave desde 1993 cuando chocaron dos trenes en Temana, en las afueras de Rabat, causando entonces catorce muertos y más de cien heridos.