La Guardia Civil, junto al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Costa Rica, ha desarticulado una organización sospechosa de haber secuestrado a un empresario estadounidense en el país centroamericano, en una operación que ha llevado a la detención de tres personas en Zaragoza.
Junto a los tres detenidos en España, de nacionalidad costarricense y considerados los líderes del grupo, en Costa Rica han sido arrestadas nueve personas. El secuestrado, que según las autoridades costarricenses sigue en paradero desconocido, es el empresario estadounidense afincado en Costa Rica William Sean Creighton Kopko, para cuya liberación la organización exigió a la familia el pago de cinco millones de dólares en bitcoin.
La operación, coordinada en España por la Unidad de Cooperación Internacional de la Fiscalía General del Estado, fue revelada ayer por el Ministerio Público del país centroamericano. Según informa la Guardia Civil hoy en un comunicado, el secuestro tuvo lugar el pasado 24 de septiembre cuando el empresario se disponía a salir del negocio que regenta en Costa Rica.
Tras recibir diversas llamadas en las que se amenazaba con asesinar al empresario, la familia acordó realizar un pago de 950.800 dólares mediante el depósito del equivalente en bitcoins, pero tras esa transferencia la banda interrumpió la comunicación. En la investigación se comprobó que el principal grupo de la organización salió de Costa Rica con destino a Cuba, presuntamente con la intención de ocultar el crimen y blanquear las ganancias obtenidas a través del sistema financiero de la isla.
España se sumó al operativo el 29 de septiembre, cuando Interpol solicitó a la Guardia Civil que analizara el movimiento del dinero virtual que la familia del secuestrado había pagado a la organización. Los investigadores especializados en ciberdelincuencia lograron detectar varios monederos virtuales relacionados con el grupo criminal y la implicación directa, en la ejecución de transferencias monetarias, de algunos de los autores.
El 9 de noviembre Costa Rica informó a la Guardia Civil de la salida de Cuba con destino a España del considerado jefe de la organización, J.S.M.V., de 25 años.
Días después los agentes observaron que intentaba alquilar una vivienda grande en la provincia de Alicante y el 19 de noviembre se detectó la llegada a Barajas de tres adultos y una menor relacionados con la organización, que se dirigieron en transporte público a la localidad de La Nucia (Alicante) y se alojaron en una vivienda unifamiliar alquilada por el cabecilla de la banda.
Según explica la Guardia Civil, los ahora detenidos trataban de pasar desapercibidos en España, tomaban medidas de seguridad en la calle, aportaban datos de contacto erróneos y cambiaban de domicilio con frecuencia.
Pero llevaban un nivel de vida muy superior al que tenían en su país de origen, con traslados cotidianos en taxi y alojamiento en casas por las que llegaban a pagar 800 euros semanales. Avanzadas las investigaciones, se diseñó un operativo para detener en España y Costa Rica a toda la organización el viernes 11 de enero.
En España los tres sospechosos detenidos se habían establecido en una vivienda de alquiler en Zaragoza, donde se han intervenido apartados informáticos, libros de contabilidad relacionados con los hechos, dinero y tarjetas bancarias habilitadas para transacciones de criptodivisas.
Se trata del líder de la organización y de dos mujeres consideradas "las principales dinamizadoras a nivel intelectual del secuestro", que han sido puestos a disposición judicial para iniciar los trámites para su extradición.
Las autoridades costarricenses precisaron que las detenidas son la pareja del líder de la banda y la madre de éste. Entre los detenidos en Costa Rica, según el Ministerio Público de ese país, hay dos oficiales de la Policía de Tránsito y la abuela y un tío del cabecilla del grupo.