Quadry Sanders tenía 29 años y en diciembre del año pasado se convirtió en otra víctima más de la violencia policial y racial en Estados Unidos. Dos agentes de la policía acudieron a su domicilio tras ser advertidos por una disputa familiar y dispararon 15 veces contra el hombre.
Nuevas imágenes han mostrado cómo fue la actuación policial en la que murió y muestran que Sanders salió de su casa desarmado. Se le ve asustado y solo tiene un guante de béisbol en sus manos. Pero en el momento en el que levanta sus brazos para entregarse, recibe cuatro balas que lo hacen desplomarse contra la puerta.
Abatido y herido de muerte, no reacciona y el otro agente descarga una nueva ráfaga de disparos: 15 tiros en total. La policía procede a registrar la casa y arrastran su cuerpo dejando un reguero de sangre. Lo esposan y nadie lo atiende, a pesar del charco de sangre que dejan sus heridas.
Los agentes implicados son Nathan Ronan y Robert Hinkle, ambos acusados ahora por la Fiscalía de un delito de homicidio involuntario en primer grado, enfrentándose a hasta cuatro año de prisión. Uno de ellos, Ronan, ya estuvo implicado en otro tiroteo mortal: fue identificado como el policía que mató a otro joven, de 24 años, en un episodio que también fue grabado. A pesar de la crudeza de aquellas imágenes, fue absuelto.