Los imprudentes vuelven a ser los protagonistas tras el fin de semana. Un lunes más, decenas de jóvenes se han reunido en fiestas ilegales en diferentes puntos del país, los eventos masivos más destacables se han situado en Barcelona, Madrid o Getxo.

En la capital, 400 universitarios han sido propuestos para sanción tras realizar una macrofiesta organizada con autobuses, alcohol y hasta colchonetas hinchables. Según la Guardia Civil, se incumplían numerosas normas de seguridad antiCOVID por la falta de mascarillas y distancia de seguridad.

Miguel Hernández, el gerente de la finca en la que se organizó el evento, asegura que no se incumplió ninguna normativa, y adjunta las imágenes que asegura haber grabado antes de la llegada de la Guardia Civil, en las que se puede ver a centenares de jóvenes sentados en diversas mesas y respetando la distancia de seguridad.

Sin embargo, la portavoz de la Guardia Civil en Madrid, Mercedes Martín, afirma que cuando los agentes llegaron "había numeroso público de pie y sin respetar ningún tipo de medida".

La situación también se descontroló en Getxo, Vizcaya, donde la Policía Local y la Ertzaintza tuvieron que desalojar una gran concentración de jóvenes en una plaza mientras les increpaban con lanzamientos de objetos e insultos. El enfrentamiento se saldó con cuatro agentes heridos.

En el Port Vell de Barcelona, las patrullas de la Guardia Urbana también tuvieron que desalojar una concentración de más de 300 personas bebiendo, bailando y, en numerosos casos, sin mascarilla. Lo mismo ocurrió en la zona de Arco de Triunfo, donde más de 500 personas se congregaban en un botellón.

Los lugares en los que se concentran estas fiestas ilegales también son cada fin de semana más recónditos. De hecho, en las últimas horas los agentes de Tenerife han tenido que desalojar a decenas de jóvenes que celebraban una fiesta en un estanque vacío al que bajaron hasta una mesa de DJ.