La Guardia Civil ha desalojado esta noche a los 180 pasajeros de un avión en el aeropuerto de Fuerteventura debido a un aviso de bomba que resultó ser falso. Un niño de 11 años ha sido identificado como el autor de dicha nota, en la que había una amenaza de bomba que llevó a desalojar un vuelo destino Santiago de Compostela.
La alerta se activó sobre las 20.45 horas, cuando se encontró una nota de papel en la que se avisaba de la existencia de un artefacto con glicerina en el interior de un avión que iba a despegar de Fuerteventura con destino Santiago de Compostela.
Las fuerzas de seguridad y el aeropuerto pusieron en marcha el protocolo establecido para este tipo de casos, aislaron la aeronave como medida de seguridad y desalojaron a todo su pasaje. Cuando los agentes enviados al aeropuerto y los perros especializados en la búsqueda de explosivos comprobaron que se trataba de una falsa alarma, se decretó el fin de la emergencia y el aeropuerto volvió a su operatividad normal, a las 22.05 horas.
La política gallega Branca Rodríguez Pazos, primera teniente de alcalde en la primera legislatura del ex alcalde socialista de Lugo Xosé López Orozco, ha comentado que, cuando iban a salir de Fuerteventura, "una pasajera, al abrir la bandeja, vio un papel que ponía que había una bomba y que podía estallar. La firmaba el terrorista".
Fue entonces cuando la azafata se lo comunicó al comandante y este, dirigiéndose al pasaje, ha relatado esta testigo, "dijo que había que hacer una revisión, que había que seguir un protocolo". "Y que teníamos que salir del avión", ha abundado. Al respecto, Rodríguez Pazos ha asegurado que "la gente estuvo muy bien, no hubo ningún histerismo". "Y bajamos todos", ha añadido. "Estuvimos allí y vino la Guardia Civil para revisar todo el avión", ha indicado.
"Vino un capitán de la Guardia Civil y nos dijo que no nos preocupáramos, porque se tenía que seguir un protocolo hasta el final, mirar, traer perros y revisar todo", ha comentado esta pasajera. Poco después se les trasladó que había sido "un niño de once años, que había gastado una broma" y que ya había sido localizado por los agentes, al igual que sus padres.
"Fue una broma pesada. Espero que el niño tenga un castigo porque esto causó muchos perjuicios porque había gente esperando en Santiago y otros habían alquilado coches precisamente en Santiago", ha señalado. Pasada la incidencia, el avión retomó su ruta y voló a Santiago, a donde llegó sobre las 4.00 horas. "Fue un hecho sin ninguna consecuencia, pero fue desagradable y hay que tener cuidado con este tipo de cuestiones", ha concluido la exconcejala.
Las fuerzas de seguridad recuerdan que el Código Penal tipifica los falsos avisos de bomba como un delito castigado con multas o, incluso, con penas de prisión de hasta un año de duración.