Broncearse a través de cabinas tiene los días contados en Francia después de que la agencia sanitaria del país haya exigido acabar con estos centros y prohibir la venta de estas máquinas.

En un informe, alertan de su relación con el riesgo de cáncer asegurando que el 43% de los melanomas en jóvenes está vinculado con utilizar estos aparatos antes de los 30 años. Además, dicen que un solo uso antes de los 35 años dispara el riesgo a casi un 60%.

El dermatólogo Eduardo Nagore explica "que las cabinas son malas, eso está demostrado. Hacen daño en el ADN y producen que la célula sea cancerígena".

La Academia Española de Dermatología y Venereología aplaude esta posible medida y afirman que, por ejemplo, el riesgo de melanoma aumenta un 19% sólo con 5 minutos de sesión, mientras que en usuarios ocasionales un 3%.

Por eso, los expertos creen que se debería informar mejor a los usuarios según su tipo de piel. "El pelirrojo sería el prototipo sensible y el otro prototipo sería la persona con muchos lunares", cuenta Eduardo Nagore.

Desde los centros de bronceados defienden que las exposiciones controladas son incluso mejor que ponerse bajo el sol porque van "aconsejando cómo hay que ponerse", afirma una dependienta de Solmanía, quien se pregunta "si también van a prohibir que la gente vaya a la playa".

No obstante, los dermatólogos insisten en que el envejecimiento de la piel se multiplica por cuatro con estos aparatos.