El mes de junio todavía no ha llegado y en algunas aulas de Sevilla ya soportan temperaturas de 29 grados.

"A partir de las 11 de la mañana cuesta trabajo concentrarse, [los niños] tienen que salir continuamente a beber agua, porque además la botella se les calienta", explica Pepa García, jefa de estudios de un colegio sevillano, en el que la única herramienta que tienen para combatir el calor son abanicos y agua, porque el nuevo ventilador que les han instalado no es suficiente.

El verano pasado el calor provocó incluso casos de lipotimias y sangrados en la nariz entre los niños de los colegios y algunos casos tuvieron que ser recogidos por ambulancias, una imagen que se repetía en centros de Andalucía, la Comunidad de Madrid y Murcia.

Un año después, sin embargo, los profesores aseguran que apenas se ha hecho nada. "Estamos igual que el año pasado", afirma García. Una situación por la que han presentado una denuncia ante la Inspección de Trabajo.

"Si a un empresario particular que infringe la ley se le sanciona, a la Administración Pública que la está infringiendo reiteradamente que la Inspección de Trabajo le levante un acta de inspección", afirma Juan Miguel Garrido, secretario del AMPA de Sevilla.

Algunas aulas cuentan ahora con ventiladores y en algunos centros se han plantado árboles, pero estos todavía tardarán años en crecer para dar sombra. En otros colegios se han instalado pérgolas, pero a medias. "No le han puesto ni toldo, han puesto la estructura y ahí te quedas, hasta que haya presupuesto otra vez", critica Marcelino Álvarez, vicepresidente del AMPA.

Desde la Consejería de Educación aseguran que están tomando ya algunas medidas, para que "se inicie la refrigeración en este corto espacio de tiempo que hemos tenido para poder actuar", en palabras del consejero de Educación, Francisco José Imbroda.

Por su parte, el Ayuntamiento de Sevilla acaba de anunciar que renovará las ventanas e instalará aislantes térmicos y ventiladores en 21 centros de la ciudad.