La Junta de Andalucía había ordenado, mediante una resolución judicial, el sacrificio del rebaño de Guillermo Cano, un anciano de 70 años de Algeciras. Ahora, la familia ha presentado una denuncia por la desaparición de los animales.

El organismo público alegaba que los animales, cuatro ovejas, tres chivos, una cabra y un carnero, no tenían los papeles y tampoco pasaban la inspección veterinaria. Además, sostenía que las ovejas estaban siendo explotadas de manera clandestina.

Tanto Guillermo como Pacma habían denunciado y recurrido la orden, explicando que los animales están en buen estado: ni se les saca la leche, ni se les corta la lana, ni son utilizadas para la industria cárnica. Los animales son, para el pastor, sus mascotas.

Se había establecido un plazo para sacrificar a las ovejas que vencía el próximo miércoles.