Todavía con el miedo en el cuerpo, los asistentes del Medusa Festival de Cullera, en Valencia, recuerdan el miedo y la confusión que vivieron cuando el viento sembró el caos, dejando una víctima mortal y decenas de heridos.
"Todo el mundo llorando", relata un joven, que explica la incertidumbre que allí vivió, sin saber dónde estaban sus amigos. Una angustia que también sufrió otro de los asistentes, según cuenta: "Llorando, con una crisis de ansiedad, tumbado en el colchón hinchable, pensando 'a ver esta dónde está, a ver este dónde está'". "Yo lo que hice fue llamar a mis padres, aunque fuesen las 04:00 de la mañana", apunta por su parte una joven.
Aseguran que el desastre comenzó mucho antes del reventón térmico que finalmente desencadenó la tragedia. En este sentido, uno de los testigos asegura que "cayó parte de la estructura ya a las 21:30, fracturando además la máscara del escenario principal".
Muchos de los asistentes han denunciado a través de las redes sociales que la evacuación no fue la correcta, afirmando que las salidas de emergencia "eran vallas y estaban cerradas" y que nadie les informó de qué estaba pasando.
"La gente se amontonó", relata uno de los testigos, que señala que "la gente empujaba" y "gritaba": "Había gente en el suelo, la gente pasaba por encima de la gente, y no había nadie de seguridad ahí". Otro joven afirma que la evacuación "fue un poco caótica, porque tampoco es que hubiese nadie señalizando".
Un chico de tan solo 22 años perdía la vida y en total se produjeron 40 heridos. Dos de los afectados ya han decidido denunciar en el juzgado de Sueca a la organización de este festival. Por su parte, desde el Ayuntamientoaseguran que todos los permisos estaban en regla.
Entretanto, cuatro jóvenes continúan hospitalizados por fracturas en tres hospitales de la Comunidad Valenciana, entre ellos una chica de 19 años tiene la columna vertebral fracturada, mientras que otra de las heridas ha tenido que ser operada del peroné.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.