Hay que verlas para creerlas. Las personas de movilidad reducida se enfrenta a auténticas odiseas para realizar tareas tan cotidianas como salir de la estación de un metro.
Una situación que vivió hace poco Carlos Correa, y eso que él es un caso excepcional. Porque se trata del campeón de España paralímpico en levantamiento de pesas. Su tren superior, capaz de levantar más de 170 kilos, fue lo que le permitió salir de una estación de Rodalies, en Tarragona. El ascensor lleva estropeado 15 días.
"Terminas buscando una alternativa, como fue subir de culo. No estamos hablando de que le pase a dos o tres personas. Sufren en sus mismas carnes lo que he sufrido yo", comenta Carlos.
Quien no pudo encontrar una solución fue Sara. Ella estuvo dos horas sin poder salir del andén en San Fernando, en Cádiz. En su caso, se vio obligada a coger un tren que le llevara a una estación accesible para ella.
Allí llevan meses con averías constantes en el ascensor y las escaleras mecánicas. Las asociaciones exigen que todo el mundo pueda usar el transporte público en las mismas condiciones.
"Eso es como encontrarte en una cárcel. Sin salida", explica Carmen Marrugal, presidenta de AICA.
La accesibilidad universal está regulada por ley para garantizar que nadie sufra discriminación al utilizar los servicios que son para todos. Pero no siempre se cumple y muy pocas veces se denuncia. Montse es una tiktoker que enseña los obstáculos a los que día a día se enfrenta con su silla de ruedas.
Reclaman algo tan simple como poder moverse por el mundo sin barreras. Porque la accesibilidad no es un lujo, es un derecho.