El incendio forestal que asola Tarragona, además de haber calcinado ya 5.500 hectáreas y obligado al desalojo de decenas de personas, también se ha cobrado la vida de muchos animales en la zona.

Pere Jornet, dueño de una granja afectada por el fuego, apenas podía contener las lágrimas tras perder buena parte de su ganado como consecuencia del incendio. "Ayer vivimos una experiencia muy desagradable que creo que no se borrará nunca en la vida", cuenta.

Pese a que trataó de extinguir el fuego por sus propios medios, todo ocurrió muy rápido, en cuestión de "30 o 40 minutos", según explica. "No tuvimos tiempo de nada", lamenta.

"Estuvimos luchando hasta que pudimos pero se terminaron hasta las fuerzas", añade, explicando que el fortísimo viento complicó todavía más la situación.

Jornet, que ha perdido a 200 corderos por culpa de las llamas, asegura que ayer su granja "era una masa de humo que no podía respirar nadie". "Intentamos apagar el fuego como podíamos, prácticamente solos un compañero y yo, y tuvimos que abandonar", rememora, todavía muy afectado.

"Volverlo a ver te remueve las tripas", cuenta este jueves, desde el lugar donde tenían al ganado. "Aparte de los animales, que es una pérdida bestial, aquí nos hemos criado con nuestros padres, generaciones... todo destruido", se emociona, "son momentos muy difíciles".