Una joven irlandesa, Kirsten Kinch ha denunciado a través de Instagram el dramático episodio que vivió tras dejar a su perra en una guardería canina, cuyos trabajadores se la devolvieron muerta y envuelta en una bolsa de plástico y cinta adhesiva.

Kinch dejó a Nova, su husky siberiano, en una guardería canina de Dublín, Irlanda, puesto que no podía llevársela consigo en un viaje a Islandia de tres días. Según su relato, la perra padecía colitis, pero el animal estaba respondiendo muy bien al tratamiento y el veterinario la había examinado antes de dejarla en la guardería.

Cuando dejó a Nova al cuidado de los trabajadores de P&E Boarding Kennels en Kimmage, les detalló cómo tenían que dar su medicación al animal, pero aclaró que Nova no corría ningún peligro.

A los tres días fue a buscar a su husky, pero, para su horror, los cuidadores le dijeron que Nova había fallecido por una hemorragia y que la habían encontrado muerta llena de sangre. Entonces, le entregaron su cadáver, empaquetado en una bolsa.

"La habían apretujado en lo que solo puedo describir como una bola, envuelta en una bolsa negra y cubierta de cinta aislante", relata. "No tuvieron ningún cuidado ni empatía", denuncia la joven, que asegura que fue "traumático" salir de la guardería con el cuerpo de su mascota en aquellas condiciones.

Tras el shock inicial, incluso dudó de que aquella "bola" fuera realmente su perra, por lo que la llevó al veterinario de otro centro, que confirmó que se trataba de su mascota a través del chip del animal. La autopsia de Nova reveló que había muerto por una hemorragia, pero no determinó qué la provocó.

Kinch también ha querido denunciar que en ningún momento la avisaron desde la guardería de que su perra estaba peor, y que la forma en que la envolvieron en bolsas fue "inhumana".