Las Fuerzas Armadas intentarán aprovechar los pronósticos que apuntan una mejoría del tiempo en la zona del Atlántico donde se hundió el helicóptero para izar la cabina a la superficie, pero siempre con la prioridad de recuperar los cadáveres de sus tres tripulantes.

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, explicó tras confirmar el fallecimiento de los tres militares que se espera que mejoren las condiciones meteorológicas en la zona, pero también precisó que a partir del sábado se espera un empeoramiento.

Durante toda la jornada, las operaciones se vieron entorpecidas por una situación de marejada, con olas de dos a cuatro metros, que impedían izar la cabina con garantías. El Ministerio de Defensa no ha hecho pública la profundidad a la que se encuentra el aparato, pero las primeras batimetrías donde se produjo el accidente la sitúan entre 40 y 50 metros.

Pedro Morenés ha dado instrucciones al equipo de la Armada y el Ejército del Aire desplegado en la zona para que a partir de ahora las operaciones primen la seguridad, en dos planos: no exponer a riesgos a los efectivos que trabajan en la zona y garantizar que la cabina y los tres cuerpos son recuperados.

De hecho, una patrullera marroquí transportó a la zona dos grandes redes, que podrían servir para envolver el helicóptero y asegurarse de que nada se desprende de camino a la superficie.

Para izar la aeronave, Defensa cuenta con varias opciones: Desplazó a ese punto del Atlántico material propio con capacidad para reflotar 12 toneladas y, además, tiene el apoyo del buque noruego 'Olympic Zeus', especializado en operaciones submarinas, que dispone de una grúa de 250 toneladas.