Claire Engler, de Charlottesville, Virginia, tiene 11 años y a los dos le diagnosticaron diabetes tipo 1. Desde entonces, ha usado bombas de insulina y dispositivos de monitorización continua de glucosa (CGM, por sus siglas en inglés). Ahora, los decora con la ayuda de su padre y muchos metros de cinta adhesiva.

Lo último, fue una orca. Un poco antes de que la niña acudiera a un evento de natación en el que participaba junto a su equipo local, su padre David y ella buscaron una orca en internet y se pusieron manos a la obra. El dibujo tenía un doble sentido: decorar el CGM y animar a su equipo, 'Las orcas'.

"No estoy seguro de a quién se le ocurrió la idea", explicó David, que asegura que su hija, una niña "bastante astuta", disfruta creando con cinta adhesiva. Después de hacer la orca, la aplicaron sobre el CGM después de reforzar el dispositivo con esparadrapo. "La orca gustó mucho en el evento de natación. Tenemos muchas peticiones de gente que también quiere uno", añadió David.

Este dispositivo se coloca en las extremidades de los menores y monitoriza los niveles de glucosa en sangre, a fin de evitar que sufran hipoglucemias e hiperglucemias. Se trata de una herramienta clave que vigila la salud de los niños enfermos de diabetes tipo 1 las 24 horas, los siete días de la semana, y que mantiene una conexión constante con los padres para que puedan ayudar a los pequeños.

"El acceso a esta tecnología ayuda a los pacientes a tener acceso a una vida mejor", dijo Engler. "Todo lo que podamos hacer para ayudar a normalizar el uso de esta tecnología, ayudará a que la gente vea a los niños enfermos sólo como a niños", sentenció.